miércoles, 20 de junio de 2012

Muralismo mexicano, arte revolucionario!



El Muralismo es un movimiento artístico de carácter indigenista, que surge tras la Revolución Mexicana de 1910, con un programa destinado a socializar el arte, que rechaza la pintura tradicional, así como cualquier otra obra procedente de círculos intelectuales.
El impulsor de este movimiento fue José Vasconcelos, filósofo y primer secretario de Educación Pública de México quien, tras la Revolución, pidió a un grupo de artistas jóvenes revolucionarios que plasmaran en los muros de la Escuela Nacional Preparatoria de la ciudad de México la imagen de la voluntad nacional.
Propone la producción de obras monumentales para el pueblo en las que se retrata la realidad mexicana, las luchas sociales y otros aspectos de su historia. El muralismo mexicano fue un fenómeno decisivos de la plástica contemporánea iberoamericana y sus entre principales protagonistas se encuentran Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. A partir de 1930 el movimiento se internacionalizó y se extendió a otros países de América.
Por un lado está la concepción histórica de Diego Rivera: descripción minuciosa de una idílica vida cotidiana antes de la llegada de los españoles. Por otro, la de José Clemente Orozco, que integra las culturas indígenas en el contexto de una religiosidad violenta; su obras poseían ironía, amargura, agresividad, una despiadada lucha de clases, teniendo como tema obsesionante el del hombre explotado, engañado y envilecido por el hombre. Sólo David Alfaro Siqueiros se interesó por acercar a la pintura moderna los valores plásticos de los objetos prehispánicos.

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